viernes, noviembre 27, 2015

¿Qué pasa en los municipios de Yucatán?


Estamos muy cercanos a los primeros 100 días de gobierno de los Ayuntamientos 2015-2018 y hasta el momento sólo hemos leído y escuchado una serie de excusas con el argumento de “no hay dinero, se llevaron todo” en un intento por justificar el no hacer nada y, lo peor, dejar las ciudades sin servicios públicos.

Salvo algunas excepciones, los municipios de Yucatán todavía no logran superar la llamada “curva de aprendizaje” de tres meses para emprender las acciones que den respuesta a los compromisos asumidos en campaña, esas demandas de los ciudadanos, de las familias, de hombres y mujeres, adultos y niños, de carne y hueso.
Bueno, ni siquiera todos pudieron cumplir con la disposición de presentar el Catálogo de Políticas Públicas y Actos Gubernamentales con el que señalarían las principales obras a desarrollar. No se sabe tampoco si ya tendrán listo el Plan Municipal de Desarrollo en donde estarían las líneas estratégicas de los tres años de gobiernos municipales.

Y es cuando salta la pregunta ¿Qué pasa en los municipios de Yucatán? Los ciudadanos piden calles… y no les dan… piden luz, y no les dan… recolección de basura, mucho menos.

Esa es la queja generalizada de los ciudadanos, de los usuarios de los servicios públicos municipales, de lo que quieren vivir en una ciudad cómoda y confortable, de los que confiaron en los que hoy son sus autoridades.

Cualquiera que salga y visite los municipios del interior se encontrará con calles deterioradas, muchas llenas de baches, con alumbrado público inservible, bueno, parques y jardines en condiciones deplorables. No se hable de proyectos productivos, de salud, de atención social…

Los gobiernos federal y estatal continúan con sus programas establecidos, a los que dan continuidad los alcaldes. Veamos: los cursos de capacitación en centros comunitarios, que son de la Sedatu; la entrega de semillas, paquetes de aves y otros programas del gobierno del estado.

Los programas de la Comisión de los Pueblos Indígenas para paradores turísticos en cenotes y aguadas, los de empleo temporal de las otras delegaciones.

Por su parte, el DIF Estatal continúa con los programas asistenciales a través de los DIF Municipal.

De este modo han transcurrido los primeros tres meses, con la inercia que dejó la administración 2012-2015.

Nos falta ver el empuje, el dinamismo, la proyección de las nuevas administraciones, ese compromiso hecho en campaña.

La decisión de argumentar falta de recursos no es saludable. Sólo reflejan incapacidad en el ánimo de la gente. Por el contrario, si con el personal con que se cuenta, con los elementos más indispensables y una buena dosis de ingenio se atienden las necesidades más urgentes, los ciudadanos verán el esfuerzo y confiarán en que se cumplirán los compromisos.

Recuérdese que en campaña las responsabilidades son menores; en el gobierno son totales. En campaña la gente percibe que el candidato está intentando persuadirlo para darle el voto; en el gobierno el ciudadano exige que se tomen las mejores decisiones y mostrar los resultados.

Hoy los ciudadanos quieren un equipo de gobierno: un equipo con ideas. Con claras propuestas de mejora ciudadana.

La gente quiere marcar la diferencia entre administrar y gobernar. No hablemos de administración municipal, porque donde hay administración hay administrados. En una ciudad hay ciudadanos que cada día demandan, exigen, necesitan y requieren un mejor lugar para vivir, ellos y sus familias.

El reto es grande, cierto, pero eso lo sabían desde el momento mismo que decidieron ser candidatos y luego, con la confianza del electorado, presidentes municipales.

Nos dirán que apenas vamos por los primeros 100 días de gobierno y que el período es de tres años.

Muy cierto, pero tomen en cuenta que tres años es poco tiempo para hacer obras, pero es mucho tiempo para no hacer nada.

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