Por Raymundo Martín Gómez
Conocer la ciudad de Izamal puede ser más que una grata experiencia.
Aunque nací en esta región nororiental, conocí un poco más de Izamal hace como 20 años cuando desde Mérida salía el tren turístico de la vieja estación del ferrocarril ubicado en la calle 55 para ofrecer paseos todo pagado los domingos, que era un verdadero agasajo porque a nuestra llegada nos recibían con músicos de charanga, “voladores”, coches en calesa que nos llevaban al parador turístico para una escala técnica.
El recorrido, con guías bien preparados, incluían luego las pirámides mayas con la explicación histórica respectiva hasta llegar al convento franciscano donde admiramos no sólo a la virgen sino también a otros santos pues algunos conocíamos pasajes de la historia de cómo en Izamal se dio la fusión de las tres culturas, escrita por Fray Diego de Landa.
Cómo olvidar las horas libres tras lo cual nos citaban para regresar al parador turístico donde se servía el almuerzo con comida típica de la región y los bailables encantadores de bellas muchachas y ágiles jóvenes con los diferentes ritmos, pasos y portes de la jarana, propio de la región.
Los visitantes bailaban y… al final, de regreso a la estación de tren para abordarlo hacia Mérida, viendo desde a los lejos el hermoso paisaje de las pirámides mayas…
Hace algunos meses regresé a Izamal pero no en tren porque desapareció y me sigue sorprendiendo su belleza sobria porque las calles del centro están mejor pintadas y bien arregladas de amarillo, el convento franciscano tiene en la parte posterior un pequeño museo, ya hay más hoteles incluso unos con muy buen servicio y precios competitivos en las cercanías de donde funcionaba la estación del tren donde incluso regalan planos turísticos de la región, lo cual debe hacer el Ayuntamiento en turno como parte de una política que busque atraer más al turismo nacional y extranjero.
Me llamó la atención no encontrar una oficina donde se pueda ofrecer información al visitante de los sitios cercanos para conocer como cenotes, iglesias de pueblos cercanos, al grado de que mi amigo Francisco Rovira se quejaba de que después de un día no hay nada qué hacer en Izamal, aunque yo creo que es un buen sitio para descansar del bullicio de las grandes ciudades.
Unos frailes franciscanos me comentaban que muchos turistas vienen al convento (FOTOS INCLUIDAS), toman fotos y se van como si nada pero no pude replicarle que ahora, con el nombramiento del nuevo Padre Provincial quien desde ese convento controla a los frailes distribuidos de esa entidad, a los de Quintana Roo, Campeche, Chiapas, etc., también pueden replantear la labor que han realizado hasta ahora dentro de la Iglesia Católica.
¿Los frailes se durmieron en el tiempo?, no quise preguntar. Desde el punto de vista turístico Izamal es más que una aventura pero urge diseñar una política incluyente, amplia, para de forma sustentable aprovechar sus recursos para beneficio de sus habitantes que requieren progresar.
Pregunté por el alcalde de nombre un poco raro pero nadie me pudo hablar gran cosa siquiera de su equipo de trabajo. Algo o mucho tienen que mejorar y más vale que lo hagan ahora para que no se pierda la magia ni el atractivo turístico.- Raymundo Martín Gómez, Chetumal, Q. Roo
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