EL CRITICO RAY
Raymundo Martín Gómez
Para una persona llegada a Mérida desde Valladolid, Dzidzantún, Izamal
o cualquier otro lugar de Yucatán, de la región o del extranjero es molestoso
ver cómo ciertos políticos se apropian de las calles, las cierran al paso
incluso de vehículos, sin reparar en el malestar que generan ni que es
contraproducente.
Tal fue el caso semanas atrás cuando Mauricio Vila Dosal rindió su
informe al frente del Ayuntamiento meridano en que tres días estuvo cerrada la
céntrica calle 62 entre 61 y 63 entre Palacio Municipal y la Plaza Principal,
ante las voces de coraje e impotencia de casi todo tipo de personas que así
sufrieron retrasos y otras molestias innecesarias.